LA DIETA Y LAS PIEDRAS EN LA VESÍCULA BILIAR


COMO SE RELACIONAN?

Dr. Manuel E. Piza Nutrisalud

La vesícula biliar forma parte de lo que conocemos como el ÁRBOL BILIAR o sea el conjunto de conductos que transportan la bilis desde el hígado hasta el intestino delgado. La función de la bilis es la de ayudar a absorber las grasas y las llamadas VITAMINAS LIPOSOLUBLES desde el intestino hasta el torrente circulatorio. También cumple un función importante en la eliminación de ciertas sustancias tóxicas para el organismo como los desechos finales de la hemoglobina, cuando se destruyen los glóbulos rojos viejos.
vesicula con piedrasLa vesícula es una bolsita de aproximadamente 12 centímetros de largo que se destaca como una dilatación de la vía biliar o colédoco y conectada a éste por medio de un conducto estrecho llamado cístico.

La presencia de ciertas grasas y del colesterol en cantidades anormales en la bilis hace que se precipiten pequeñas piedras que posteriormente van creciendo para formar las que conocemos como piedras o cálculos biliares.

La presencia de estas piedras puede traer muchas consecuencias perjudiciales para la persona como la inflamación de la vesícula o la salida de una o varias de ellas para localizarse en el colédoco y producir una obstrucción biliar o ictericia que puede tener serias consecuencias si no se atiende inmediatamente.

Las consecuencias clínicas de la formación de cálculos en la vesícula biliar son extremadamente variables. La mayoría de los pacientes permanecen asintomáticos durante largos períodos, a menudo toda la vida (en autopsias realizadas a personas que se murieron por otras causas se encuentra que cerca del 15% tienen cálculos biliares que nunca les molestaron).
Los cálculos pueden recorrer el conducto cístico con o sin síntomas de obstrucción, pero la obstrucción transitoria del conducto produce dolores de tipo cólico y una obstrucción persistente produce inflamación llamada “colecistitis aguda”. A diferencia de otros tipos de cólico, el cólico biliar se caracteriza por ser constante, con un dolor progresivo en aumento hasta un máximo con un descenso gradual posterior y una duración de varias horas. A menudo se asocia a náuseas y vómitos y rara vez hay fiebre o escalofríos en el caso de un cólico sin complicaciones.la comida grasosa aumenta los riesgos

 El dolor suele producirse en el epigastrio (boca del estómago) o en el lado derecho parte superior y frecuentemente se refiere o corre hacia la parte inferior de la espalda, debajo de la paleta derecha.

Los síntomas de indigestión e intolerancia a alimentos grasos se atribuyen a menudo impropiamente a la enfermedad vesicular ya que generalmente se deben a enfermedad ulcerosa péptica (gastritis o hernia hiatal) y menos frecuentemente a las piedras en la vesículo. Por esa razón el médico tiene que tener mucho cuidado cuando afirma que un determinado síntoma digestivo se debe a la vesícula ya que puede haber muchas otras causas para esas molestias y puede ocurrir que, después de operado el paciente y retirada la vesícula, los síntomas anteriores persistan ya que se debían a otra cosa.

La colecistectomía u operación para extraer la vesícula debe hacerse solamente cuando el médico capacitado determina que hay una colelitiasis sintomática y cuando hay riesgo o presencia de complicaciones como la inflamación aguda o crónica de la vesícula o la pancreatits que suele darse cuando hay paso de piedras pequeñas hasta el intestino.

La intolerancia a la comida grasa sobre todo con dolor después de comerla (por ejemplo natilla, mantequilla, frituras o chicharrones) es generalmente asociada a la vesícula ya que ésta se contrae como respuesta a la llegada de grasas al intestino; sin embargo, la  sola presencia de síntomas no basta para el diagnóstico de afectación vesicular sin signos clínicos y estudios diagnósticos especiales entre los que sobresale el ultrasonido.

El único tratamiento razonable para las piedras o cálculos biliares es la cirugía la cual se puede realizar por dos métodos:

Abierta o quirúrgica en la cual se hace una incisión debajo de la costilla y se extrae la vesícula teniendo la posibilidad de explorar también el conducto de salida o colédoco para extraer piedras o para investigar su presencia y

Cerrada o laparoscópica (lo que comúnmente se llama operar por medio de Laser, aunque ese tipo de rayo no se utiliza en estas operaciones) que se hace por medio de varias incisiones pequeñas a través de las cuales se introducen aparatos de visión y pinzas especiales para extraer la vesícula.

Ambas técnicas son aceptables aunque la laparoscópica se practica con más frecuencia en la actualidad, teniendo la ventaja de una más rápida recuperación y menor frecuencia de infecciones de herida, hernias y otras complicaciones.

En relación a la dieta hay que establecer dos periodos:

Antes de la cirugía la dieta juega un papel importante para evitar que se produzca el dolor cólico y las complicaciones como la pancreatitis y la colecistitis. Esa dieta consiste en comer muchas veces al día (al menos 6) con comidas pequeñas en cada uno de los tiempos y evitar las frituras, las grasas (eliminando toda la grasa visible de carnes y otros alimentos) y comer poca cantidad de alimentos derivados de la carne (no más de 400 gramos por semana).

Los huevos por sí mismos no afectan mucho aunque hay que evitar los que se preparan fritos o con mucha grasa.

Frecuentemente las personas con colelitiasis son obesas o con sobrepeso por lo que la dieta debe además promover la pérdida de peso para mejorar las condiciones en que el paciente va a llegar a la sala de operaciones y facilitar su recuperación.

En el periodo postoperatorio es mandatario cortar con la grasa en la forma más completa posible incluyendo la leche con grasa y obviamente las frituras, mantequillas, natilla, margarina, mayonesa, mantequilla de maní, salsas o aderezos grasosos, etc. Esto debe mantenerse al menos tres meses después de la operación. Si se pueden consumir los cereales complejos como el pan o el arroz integral, las pastas (preferiblemente integrales) y los vegetales incluyendo los frijoles y la soya. Eso sí en el caso de los frijoles deben molerse o cocinarse muy bien y masticarse cuidadosamente porque las cáscaras de los mismos tienen azúcares complejos no solubles que se fermentan en el intestino y pueden producir indigestión o flatulencia.

Nunca se arrepentirá de llevar una dieta cuidadosa después de una operación de la vesícula y le garantizará una recuperación adecuada y libre de problemas.